Testimonios y resultados

Hace más de un siglo que la familia Peladan se instaló en la aldea de Les Arnasseaux, en el municipio de Cardet (Francia). Guilhem está mejorando constantemente su producción y espera cambiar a orgánico en tres o cuatro años. Durante una reciente jornada de puertas abiertas, pudo percibir la evolución de sus suelos sembrados con BACTÉRIOSOL.

"Un técnico comercial de SOBAC vino aquí un día en que tenía algo de tiempo. Estuvo durante media jornada. Lo que más me gustó fue la idea de fertilizar de forma distinta, de utilizar los stocks que hay en el suelo. Había dejado de lado un poco este método. En 2014, hice un ensayo en 4-5 hectáreas. No noté gran cosa al principio. Nuestros suelos son suficientemente ricos y las viñas no sufren particularmente. Continué porque SOBAC efectúa un verdadero seguimiento y poco a poco, fui comprendiendo mejor lo que ocurría. Les pedí que hiciesen un perfil del suelo y fue en ese momento cuando percibí las verdaderas diferencias.

Había una mejor fluidez del agua, y raíces que

descendían más profundamente

También había una mejor distribución de los residuos de cobre, y el pH era más regular de arriba abajo.

La densidad de las galerías de lombrices y la homogeneidad de la humedad eran impresionantes. A nivel de sequía, percibo una mejor resistencia en nuestro campo. Las tierras captan mejor el agua y los suelos se secan más rápido. De hecho, ha sido mi fibra medioambiental la que me ha dirigido hacia SOBAC. Tenía en mente la idea de acercarme al cultivo orgánico para limitar el impacto de la viticultura en el medioambiente. Cuando se vende vino, se venden sueños. Y hoy día, lo que hace soñar al consumidor es el respeto por el medioambiente. He adoptado un enfoque global con la supresión de los fertilizantes minerales y de los herbicidas químicos para que la acción del BACTÉRIOSOL sea aún mejor. Tenemos unos objetivos de rendimiento bastante elevados y nos mantenemos en un buen promedio. No hay pérdidas. Dependiendo del terreno, estamos en un promedio de 70-80 hectolitros por hectárea. Tenemos desafíos económicos que afrontar.

Cuando veo las raíces de las viñas, que ahora alcanzan los dos metros, me digo a mí mismo que esto influirá en la producción de mis vinos

Es importante para distinguirse. Solo el logotipo "AB" es importante para la gente. El BACTÉRIOSOL no basta, es parte de un enfoque. Es una herramienta más para el viticultor.

En cuanto a la calidad del vino, hay mejores equilibrios ácidos y la conservación de los aromas con el tiempo es superior. No se puede revolucionarlo todo, hay que hacer las cosas de forma metódica y delicada. El BACTÉRIOSOL es un camino para pasarse al cultivo orgánico. Lo complicado es proteger la vid sin productos sistémicos y evitar las aplicaciones de herbicida. Es importante disminuir nuestro impacto. Trabajar por el planeta cobra un verdadero sentido hoy día. Todavía estoy un poco corto de tiempo, pero voy en la dirección correcta; a saber: proteger la salud de mis empleados, la mía y la de mi familia y mejorar la calidad de mis suelos para finalmente vender mejor mis vinos. En lo que respecta a la salud, la gente de mi generación ha roto el tabú y la MSA (mutua agrícola) también ha presionado recientemente sobre los riesgos a los que se exponen los empleados y los viticultores. Tenemos desafíos económicos que afrontar, pero es una motivación suplementaria para continuar. He recuperado las ganas de ir a trabajar a las viñas. Todo lo que se haga para disminuir el uso de productos químicos será importante. Esto nos ofrece también argumentos para retener a la gente joven en nuestras explotaciones. El BACTÉRIOSOL es un elemento importante en la cadena, pero también tenemos que hacer evolucionar nuestros métodos de vinificación".